sábado, 21 de enero de 2012
Dicen que enamorarse es un autoreflejo,como tener miedo.Yo fui una niña sin miedo,no me asustaban los fantasmas,ni los monstruos, ni la oscuridad.Podía mirar debajo de la cama segura de que no habria esqueletos ni vampiros,podía enfrentarme a las niñas de quinto,segura de que no me quitarian la merienda...y así,hasta hoy, segura de que puedo tener valor y avanzar por callejones oscuros.Porque no es eso lo que me da miedo,lo que me aterra es decir que sí a algo que no podré cambiar mañana,pensar en un sofá para toda la vida,en un crédito hipotecario,en una desgracia en conjunto o en esta tarde tenemos que hablar.Buscar colegios y canguros y pensar en un lugar para vivir cuando no tengamos pulso para sostener la mano.Y de pronto,todo ese terror se empieza a disfrutar como el looping de una montaña rusa, y eso, es la felicidad.
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