A ver, que esto es la realidad, y tenemos que poner los pies en el suelo de una maldita vez. Que los sueños están para soñarlos, no para cumplirlos. No existe el chico perfecto, y no vamos a encontrar a alguien que nos lleve el desayuno en la cama, que piense en nosotras hasta el último minuto del día y que nos de todo lo que queremos. No vamos a encontrar al chico que te acompaña de compras cada vez que te apetece, ni el que se acuerda de absolutamente todo lo que te gusta y lo que no. Ahora, en plena adolescencia, no vamos a encontrar a alguien que dependa de nosotras. Encontraremos a alguien que nos quiera, pero no para siempre. Estamos en la edad de divertirnos, y no sufrir por cualquier idiota. Tenemos que disfrutar, sentir, saltar, beber, gritar, bailar.
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